Según el blog surcoreano Hankyung, Samsung planea vender unos 2.5 millones de unidades
de su inventario. La estrategia a seguir seria venderlos como “ripper phone”,
esto es; usar las partes principales del Galaxy Note 7 sin ninguna modificación
y remplazar la carcasa por una nueva, posiblemente como una línea de producto
distinta, el otro gran cambio que tendría este nuevo producto seria la batería,
como se supo las baterías de 3500 mAh por su tamaño físico eran propensas a
dañarse y causar cortos circuitos y posteriormente hacer explotar los Galaxy
Note 7. Por lo cual el nuevo producto tendría baterías de 3000 mAh o 3200 mAh
que físicamente son más pequeñas. Los equipos de trabajo en Samsung se
plantearon mayo como límite para definir todos los proyectos relacionados a este
nuevo producto y en junio de este año podrían ser lanzado el mismo al
mercado.
Todo esto permitiría a Samsung reducir sus pérdidas de unos 6.000 mil
millones de dólares a unos 2.600 millones de dólares. Otro punto importante para
seguir este plan, es cumplir con sus obligaciones de reciclaje y evitar multas
del Ministerio de medio ambiente surcoreano.
Los principales mercados a los cuales estaría destinado este nuevo producto
serian India y Vietnam principalmente, pero por el gran volumen otros mercados
pequeños también tendrían su cuota.
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